zoofilia 

zoofilia

El término ‘zoofilia’ viene de la palabra griega ‘zoon’ que significa ‘animal’, mientras que ‘bestialidad’ es una expresión reprobatoria, que también se solía utilizar en el pasado y en otros lugares para referirse a la homosexualidad y el sexo anal, o más en general para cualquier comportamiento que fuera percibido, o sigua siendo percibido, como comportamientos reprobatorios y anormales.

Zoofilia en los libros zoofilia (bestialidad)

Se puede contar muchas cosas sobre el sexo con animales. Así, un libro muy informativo, no traducido al español, es Lief Dier (querida mascota) de Midas Dekkers. En este trabajo, Dekkers deja claro que el ser humano desde siempre ha tenido contactos sexuales o semisexuales con otros animales. Él no emplea el término ‘bestialidad’ (zoofilia) como una palabra reprobatoria. Dekkers señala que en todos los contactos sexuales se pasan los límites, no importa si es con otro ser humano o con un animal, y lo considera, en principio, como algo bueno, un abrazo a la vida. Otro libro más reciente, no traducido al español, es Waarom vrouwen van apen houden (porqué las mujeres aman a los monos) de Stine Jensen. En este trabajo se describe la investigación científica del comportamiento de los monos, que hizo famosas a gran cantidad de mujeres, como Jane Goodall y Dian Fossey. Estas mujeres aman a sus monos y en esa relación se puede encontrar una idea de bestialidad (zoofilia). En este libro se sugiere que las mujeres prefieren a los monos en vez de a sus hombres domesticados y civilizados que se han alejado demasiado de la naturaleza. Esta idea se apoya en novelas y películas sobre mujeres que se escapan con un mono. El enfoque en ambos libros es sobre todo ‘cultural’. Midas Dekkers ofrece una larga cantidad de imágenes e historias, sobre todo de la antigüedad, que ilustran el sexo entre humanos y animales. No faltan ejemplos prácticos. Una mujer que se aparea con un perro tiene que tener en cuenta que, después de la eyaculación, el perro se quedará atascado dentro de ella un rato. No sería inteligente sacarle por la fuerza, porque se dañaría la pared vaginal. Es bastante fácil follarse a una gallina, ya que las gallinas no tienen una vagina, sino una cloaca, de la que salen heces y orina, y también los huevos. Cortarle la cabeza justo antes de correrse aumenta el placer, porque entonces los músculos de la cloaca se contraen rítmicamente. ‘Así que, de todos modos se tiene que sacrificar la gallina, ¿por qué no… ?’, pensaba el granjero. Se suele rechazar el sexo con animales, también en la pornografía. Sin embargo, en Internet se pueden encontrar varias páginas Web con imágenes de sexo entre humanos y animales.