cadavezmásmalhumorado 

cada vez más malhumorado

Mi esposa y yo llevamos casi 20 años casados y, sobre todo para mí, creo, el sexo ya no es tan divertido. A mi mujer le basta una vez cada 2 o 3 semanas y a mí no. Quiero más. Ella ya no quiere que le meta el dedo o que le lama y dice que duele. El sexo oral conmigo (ya) no le parece agradable y no ha ocurrido desde hace más de 10 años. El juego preparatorio es muy limitado porque ella casi no se pone húmeda, algo que no me da mucha confianza, y cuando le intento convencer de cómo le podría estimular, ella dice que ya no funcionaría. Sólo tenemos dos posiciones, ella debajo y ella arriba, no hay más variación que esa. Pero yo tengo mucha necesidad de variación para experimentar mejor el sexo y para mantenerlo interesante. De momento me he rendido ante la situación, pero me siento cada vez más infeliz. Nos queremos mucho y todo lo demás es perfecto. Sólo el sexo no está bien. Creo que mi esposa no lo ve como un problema y yo si. Si empiezo a hablar del tema, la conversación acaba con reproches. He intentado no tener sexo durante un mes. Pensaba que así ella me buscaría, pero tampoco parece importarle, lo que me pone todavía más malhumorado. Así que estoy compensando la situación masturbándome y pasando muchas horas en Internet y en el teléfono, pero claro está que esto no es lo que quiero. No quiero perder mi matrimonio, sólo quiero mejorar mi situación, aunque tengo muchísimo miedo. Espero que tratéis mi pregunta con delicadeza, porque quiero que se trate el tema con estricta confidencialidad. ¿Qué podéis hacer por ‘nosotros’?

Se ha pensado, investigado y escrito mucho sobre la falta de apetito sexual. El manual internacional de psiquiatría lo nombra como una disfunción, la industria farmacéutica investiga seriamente, desde hace más o menos diez años, si una pastilla podría ayudar, también los pequeños comercios venden desde hace siglos gotitas y medicamentos, y los consejos y propuestas en los manuales para matrimonios son de hace miles de años. No es cierto que todos estos consejos, medicamentos y terapias no funcionen, ya que a mucha gente les ayuda a solucionar un bajo apetito sexual. A veces es incluso muy simple combatir el problema. El problema es que la gente suele estar mal informada y no tiene experiencia sexual con otras personas. O la gente siente vergüenza y prefieren no hablar del tema, o prefiere no dañar o perder a su esposo y esposa. Además, suelen desempeñar un papel en el problema las características típicamente femeninas o masculinas. Tomamos tu ejemplo. De tu carta podemos desprender que insistes en tener relaciones sexuales más frecuentes y más variadas con ella, pero no estás intentando descubrir cuál es el verdadero problema. Así, no nos escribes cómo era antes vuestra vida sexual, ni tampoco cuál podría ser la causa o las razones de tu esposa de no tener ganas de sexo, ni nos explicas qué has intentado hacer para informarte sobre tu situación. Por lo tanto, queremos empezar recomendándote que primero leas algunos libros sobre la falta de apetito sexual y sobre cómo afrontar un problema sexual. Puedes leer estos libros con detenimiento, sin necesidad de estar de acuerdo con todo lo que pone. Al acabar de leer el libro, déjalo en un lugar visible, para provocar con tacto una conversación con tu esposa. Sólo tendrá éxito una conversación sobre vuestro problema si tú no tienes esperanzas ni exigencias y si te interesas realmente por tu esposa y su situación, así que no deberías mostrar preocupación, enfado ni reproches. Quizá sería buena idea que te masturbaras antes de tener una conversación con ella sobre el tema, así te sentirás más relajado. Ten cuidado de no sugerirle que ella tiene un ‘problema psíquico’. Siempre hay alguna razón o causa para todo tipo de comportamiento. En un enfrentamiento ambos tendréis fuertes emociones, ya que el bajo apetito sexual del uno se experimenta por el otro como un rechazo, mientras que no es necesariamente la razón de las pocas ganas de sexo. Quizá debierais empezar a hablar de temas (deseos, fantasías) sobre los que ninguno de los dos habíais pensado antes. Puede que ella te diga que no tiene ganas de sexo porque el sexo no le emociona, y quizá no sea ningún problema para ella, y quizá ella no sienta la necesidad de hablarlo con nadie. Eso no es razón para que te asustes. Si le explicas que podría tratarse de un problema hormonal y que su ginecólogo le podría ayudar con un parche, entonces, quizá querrá considerar acudir a su ginecólogo. Pero si ella no quiere absolutamente nada, entonces, no hay salida a la situación problemática. Tú tendrás que aceptarla y buscar tu satisfacción sexual en otras cosas. Ya lo estás haciendo, pero no te gusta demasiado. Es una pena que no te guste tanto, porque es mejor disfrutarlo plenamente. Pero probablemente opinas que es mejor sentir en tus brazos a una persona viva y cálida. ¿Por qué no buscas una persona con quien tener relaciones sexuales, o una amistad sexual? Si lo enfocas bien, no necesita acabar con tu matrimonio. Para aprender cómo hacerlo hay libros sobre cómo querer a dos personas.