saliromanía 

saliromanía

El término ‘saliromanía’ viene de la palabra francesa salir, que significa ‘ensuciar’ o ‘manchar’. Antiguamente se utilizaba esta expresión para referirse a la autosatisfacción combinado con el pecado.

Sucio

Sucio sigue siendo una de las más frecuentes asociaciones con la actividad sexual o el desear a otras personas. Sin ninguna duda tiene que ver con la expulsión del semen por parte del hombre cuando llega al clímax del deleite sexual. El coito esconde, por decirlo así, esta expulsión. En la masturbación, para el chico siempre es una incógnita saber cómo prevenir dejar manchas que los demás puedan percibir. Cuando chicos y chicas hacen el amor y se masturban mutuamente, suele ser complicado, sobre todo para los principiantes, encontrar un lugar agradable donde poder provocar la eyaculación. Frecuentemente, se es patoso al elegir el momento, o se sigue teniendo, también después del coito – cuando el semen se escurre por la vagina -, una sensación desagradable de haber hecho algo sucio, muy acorde con cierto sentimiento de depresión que muchos sienten tras el orgasmo.

Rico sucio

Sin embargo, lo que por un lado se considera ‘sucio’, sigue asociándose a los sentimientos agradables que ocurren durante el sexo. Así, ‘hacer guarradas’ se hace agradable. En las variaciones sexuales, el sexo oral, es decir, el intercambio de líquidos corporales por la boca, desempeña un papel importante. De nuevo el semen es el más importante en este caso, pero también el sudor, el líquido vaginal de excitación y la saliva pertenecen a las substancias que normalmente son ‘inapropiadas’ (o sucias), pero que en el caso de sexo despiertan precisamente unas fuertes sensaciones de intimidad y deseo. Muchos amantes se orinan mutuamente de vez en cuando, o hacen el amor vestidos con prendas muy sucias, o se ensucian extensivamente con substancias comestibles y no comestibles. Ingerir heces (conocido como coprofilia) es la forma más extrema de la saliromanía. No siempre se trata de ingerir grandes cantidades de heces. Los enamorados pueden entrar en un deleite supremo lamiendo trocitos muy pequeños de excrementos que se encuentran en el pelo púbico alrededor del ano tras haber defecado y sin haberse limpiado bien.

Obsesión

Tal y como ocurre en el caso de todas las variantes sexuales, el hacer guarradas puede convertirse una ‘obsesión’ practicada en la soledad, o con la ayuda de una prostituta. El defecar al aire libre o en los pechos de una mujer parece ir acompañado con un tipo de orgasmo ‘anal’.