¡tengomáslibidoquemiesposo!

¡Tengo más libido que mi esposo!

Queridos amigos de la NVSH: Leí en vuestra página Web información sobre la falta de libido. Ya había buscado un poco en Internet antes de que llegara a vuestra página Web, y entonces vi que, al parecer, incluso vosotros sólo tratáis la falta de libido en mujeres. Esto me entristeció bastante, ya que yo no soy la que tiene una libido baja (comparativamente), sino que es mi esposo quien la tiene baja. Yo no tengo, para nada, una actitud poca activa en cuanto al sexo, y nunca la he tenido. Seguro que no soy la única mujer con este problema. ¿Qué podéis hacer por ‘nosotras’?

Hemos consultado rápidamente nuestra página Web y hemos llegado a la conclusión de que no hablamos tanto sobre la ‘libido’, como sobre ‘la falta de apetito sexual’. Sí que señalamos en nuestra página Web que es también muy frecuente en hombres. Para responder una pregunta como la tuya, primero tenemos que saber qué quieres decir con ‘más libido’. ¿Quieres decir que tú si ves porno y él no? ¿O que tú te vas a fiestas sexuales y él no? ¿O que tú tienes más testosterona (libido) que él? ¿O quieres decir que tú sí que quieres tener sexo con él, pero él no contigo? ¿Habéis hablado del asunto? ¿En que tipo de solución estás pensando, cual tu preferencia? Está claro que tienes que volver a escribirnos con un poco más de información. Aquí te daremos una respuesta general, que no se centra en tu caso específico y que describe las razones de ser del problema.

Las mujeres suelen tener menos apetito sexual

Es un hecho que cuando se trata de la falta de apetito sexual, se suele hablar de mujeres. Los dos libros en neerlandés más famosos sobre el tema, ambos de la mano de la sexóloga Hannie van Rijsingen, son: ‘Geen zin in seks voor vrouwen die geen zin in seks hebben’ (No tener ganas de sexo para mujeres que no tienen ganas de sexo) y ‘Geen zin in seks voor mannen met een vrouw die geen zin in seks heeft’ (No tener ganas de sexo para hombres con una mujer que no tiene ganas de sexo). En ninguno de estos dos libros se escribe sobre hombres sin apetito sexual. (Nota de la traducutora: Hasta donde alcanza el conocimiento de la traductora, ninguno de los dos libros ha sido traducido al español hasta la fecha de la traducción de esta página Web). En realidad, ¿qué es ; ‘la falta de apetito sexual’? En los libros se trata casi siempre de parejas relativamente jóvenes, en las que la mujer no quiere tener sexo (tan frecuentemente) como el hombre. Esta situación causa discusiones, y para salvar el matrimonio, se busca a veces la ayuda de un sexólogo.

¿Porqué las mujeres tienen menos apetito sexual?

Hay una explicación al porqué suelen ser las mujeres las que tienen menos apetito sexual. Desde la infancia existe una clara diferencia entre el comportamiento sexual de los chicos y el comportamiento sexual de las chicas. Esta diferencia está programada en la evolución de la especie y se muestra en la construcción física, las hormonas y muchas otras características. Mediante las costumbres sociales y culturales se muestra esta diferencia, o a veces la aumenta o la disminuye. Los chicos buscan activamente a las chicas, ya que quieren hacer el amor con ellas. En general, no discriminan tanto en esta búsqueda; pueden sentir una nueva atracción por una chica diferente cada cinco minutos y también pueden tener más de una chica a la vez. En cambio, las chicas ejercen fuerzas pasivas de atracción en todos los chicos de cualquier edad, y todos quieren hacer el amor con ellas, lo que por supuesto es bastante atemorizante. La chica siente la necesidad  de rechazar a la mayoría de los chicos y de elegir uno que disponga de las cualidades adecuadas (un chico sensible, responsable, sexualmente atractivo, que sea gracioso, etc.) para serle fiel y que le ayude y que pueda satisfacerla sexualmente, e inseminarla. Por lo tanto, también las chicas desean tener sexo, pero este sentimiento está más relacionado con la búsqueda de un novio estable (para finalmente tener un bebé). Ellas no se acuestan con todo mundo. La razón de ser de esta diferencia de comportamiento es el hecho que, desde antaño, son las chicas las que se quedan embarazadas (y las que se quieren quedar embarazadas). Mientras este hecho perdure, seguirá existiendo la diferencia entre chicos y chicas. El uso de anticonceptivos ha creado más espacio para que las chicas vayan detrás de los chicos, pero de momento sigue habiendo grandes impedimentos y seguimos hablando de flores (chicas) y abejas (chicos). Cuando se encuentra una pareja estable, es normal tener sexo muy frecuentemente durante un cierto periodo. Entonces, la chica suele tener el mismo apetito sexual que el chico, pero aun así, ella estará cohibida y sufrirá dolores, y no podrá correrse, y se le tendrá que convencer para tener sexo, y estará preocupada ante la posibilidad de quedarse embarazada. Es decir, para ella el sexo no está exento de complicaciones. Las chicas dejan claro que no consideran el sexo como algo natural, lo creen importante, pero también le dan poca importancia. Asimismo, creen que el sexo debe llevar algo asociado. Y así se inicia una familia.

La vida familiar mata el apetito sexual

Lo que ocurre después es consabido. La mujer da luz a uno o más hijos y tiene mucho trabajo por los niños, además de tener un trabajo, y quizá el hombre tiene todavía más trabajo… La vida familiar crea confianza pero a la vez apaga el apetito sexual. El hombre mira a su alrededor y su mirada cae en bellas mujeres cuyos tipos ya le atraían cuando era pequeño. Sin embargo, ser infiel a la pareja no es tan simple. Si él no es infiel a su pareja, ya sea porque no puede, o porque tiene miedo (o se siente culpable), se consuela masturbándose. Ya no siente un deseo sexual ardiente por su esposa. El sexo con ella es una costumbre o lo hace porque ella quiere. Ella lo quiere porque forma parte de un matrimonio feliz, o para evitar que su esposo le sea infiel, pero sobre todo porque obtiene más autoestima cuando su esposo la desea. Ser atractiva es la mayor razón de ser para una chica, es la base de su autoestima. Cuando ya nadie la desea, ni siquiera aquel predilecto, entonces se pone triste, por emplear un eufemismo.
El ideal matrimonial es que ambos sientan el mismo deseo por la otra persona. Ya va siendo hora de que cambiemos este ideal por uno nuevo.