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la infidelidad sexual

Se suele considerar la infidelidad sexual, es decir, tener relaciones sexuales con más de una persona, como ‘promiscuidad’. La palabra latina ‘promiscuus’ significa ‘mezclado confusamente’, o ‘sin distinción’. Cuando alguien considera que otra persona es promiscua, lo que quiere decir es que ésta ’tiene sexo con todo el mundo’, y que no se limita a una sola pareja. Los conceptos de promiscuidad y de infidelidad sexual suelen emplearse de modo despectivo.

El sexo con varias personas

Se puede decir que una sociedad es promiscua cuando todo el mundo se acuesta (tiene relaciones sexuales) con los demás. Existen historias de promiscuidad, es decir, de ‘sexo libre’, sobre pueblos extraños de la Edad Antigua y sobre diferentes especies de monos. En estas historias se suele utilizar la palabra ‘promiscuo’ con menos negatividad, y de vez en cuando incluso como un ejemplo positivo, ya que, en general, suele ser difícil aceptar que nos atraiga una persona que no sea nuestra pareja estable. La idea de que todo el mundo debería poder tener relaciones sexuales con todo el mundo se puso (de nuevo) en la agenda durante la revolución sexual. En esta época, una gran cantidad de personas experimentó con la promiscuidad, pero al final quedó claro que la mayoría de ellos no estaba cómoda con la situación. Se sintieron culpables, o la infidelidad sexual no tuvo un final feliz, ya que algunas personas no supieron afrontar la situación. Sintieron celos, o se sintieron más seguros y cómodos estando con una sola pareja, en resumidas cuentas, hubo determinados factores que impulsaron a que estas personas abandonaran la idea de la promiscuidad. Se limitaron entonces a una sola pareja, aunque eso conllevara privarse de la felicidad de una nueva experiencia romántica, o del breve placer de una relación sexual con un desconocido.

El miedo a las ETS

No se debería sobreestimar la dimensión y la frecuencia de la infidelidad sexual. Mucha gente no se siente suficientemente atractiva, o no encuentra suficientemente atractiva a la mayoría de los demás como para empezar una relación sexual. Es decir, a parte de todo el rechazo social y las limitaciones personales, también está presente la falta de posibilidades de hacerlo con las personas adecuadas. Por lo tanto, la mayoría de las promiscuidades tiene lugar de modo incidental, bajo la influencia de alguna sustancia en una fiesta o en la fantasía. Otra razón por la que se renuncia a la promiscuidad, una razón que durante la revolución sexual no tenía mucha importancia pero que después de los años ochenta se hizo más común, es el miedo a las enfermedades de transmisión sexual (ETS), sobre todo el sida. Este miedo es irracional.

Un pequeño experimento safe sex

En principio, no existe una relación directa entre la promiscuidad y las ETS, lo que se puede comprobar con el siguiente experimento: Piensa en una pareja (un matrimonio) que no es promiscua: es decir, sólo tienen relaciones sexuales entre sí. ¿Podemos suponer que ninguno de los dos tendrá una ETS? Sí, pero sólo si ninguno de los dos ha sido contagiado con una enfermedad trasmitida sexualmente antes de su relación o matrimonio. Este contagio puede ocurrir por transmisión sexual, pero también por otros modos, como una transfusión sanguínea o una eyección. Ahora piensa en otra pareja (también matrimonio) que cumple los mismos requisitos: también ellos tienen tantas relaciones sexuales ente sí como desean sin contagiarse de una ETS. Ahora juntamos las dos parejas. No se puede negar que los cuatro pueden tener tantas relaciones sexuales entre sí como deseen sin contagiarse de una ETS. Y nada nos impide añadir más parejas como éstas al grupo. Podríamos juntar a cientos de parejas que a su vez puedan tener tantas relaciones sexuales como deseen sin contagiarse de una ETS. Cada una de estas personas podría tener 199 parejas. Si eso no es promiscuidad…

El sexo inseguro

¿Y entonces, por qué hay tanta gente que relaciona la promiscuidad con las ETS, y no sólo la gente supersticiosa que no tiene mucha educación y que seriamente cree que puede obtener una ETS por una infidelidad sexual, sino también médicos y curas, educadores y periodistas? Probablemente la razón más importante sea porque están en contra de la promiscuidad. El argumento empleado más importante es que la mayoría de los contactos sexuales en el mundo son inseguros, puesto que no se emplea preservativo ni ningún otro medio de practicar el sexo seguro. Por lo tanto, opinan que el matrimonio monógamo es una forma de protección contra las ETS. Si hubiera menos cantidad de contactos sexuales, entonces se disminuiría también la posibilidad de contagiarse de una infección así como la dispersión del sida. Y tienen razón al decir eso. Lamentablemente, las estadísticas no cambian. Pregúntale a la gente que se ha contagiado de una ETS si está a favor de las relaciones monógamas. En la mayoría de los casos dirán que sí. No han sido contagiados porque son promiscuos, sino porque han practicado sexo inseguro.

Las ETS y la falta de educaciónpromiscuidad

Y esta es la realidad: cientos de millones de personas practican el sexo inseguro diariamente. La gente joven demuestra que el comportamiento sexual tiene que ser calificado de ‘monógamo’, ya que tiene como finalidad encontrar la media naranja. Su razón y su voluntad no influyen en sus relaciones sexuales. Si su relación se rompe, van en búsqueda de una nueva pareja. Los virus y las bacterias estaban en el planeta antes que el ser humano. Se dispersan con más rapidez en lugares y viviendas con poca higiene, situaciones de malnutrición y condiciones de vida míseras. Estas condiciones están más extendidas en lo que se conoce como ’tercer mundo’ o ‘mundo empobrecido’. A su vez es en estos lugares donde las ETS están más extendidas y donde las opiniones sobre la sexualidad son un poco más primitivas que en el resto de países. Hablar sobre ‘sexualidad’ es un tabú, las reglas para el matrimonio y para la formación de una familia son estrictas e indiscutibles, el reparto de los roles sexuales es fijo, se ‘protege’ a la mujer con un velo y mediante arresto domiciliario, el hombre se ve como un peligro sexual potencial, la anticoncepción es casi indiscutible para los jóvenes, el aborto tiene lugar en secreto y bajo condiciones poco higiénicas, la educación sexual sólo se enfoca en la familia y no en las ETS. De lo antedicho se desprende que la educación sobre las ETS, que se enfoca en fomentar la monogamia y en combatir la promiscuidad, forma por sí mismo un factor importante en la dispersión de las ETS.

En los Países Bajos existe una política relativamente favorable al problema de las ETS gracias a la reforma sexual que insiste en la importancia del conocimiento sexual positivo y libre. Sin embargo, también en los Países Bajos se ha podido constatar un aumento de las ETS desde el momento en el que se inició una reacción contra este movimiento, como aversión hacia la ‘revolución sexual’, el regreso del conservadurismo, y la intromisión de la religión en la política.

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