lactofilia
La lactofilia es la excitación sexual que produce ver el pecho de una madre lactante.
No sé si he padecido esta enfermedad toda la vida, pero al leer textos relacionados con la leche materna, sentí interés por el tema. Empecé a tener pensamientos del tipo: ¿qué sabor tendrá?, ¿cómo se ve?, ¿cómo sale del pecho?
Decidí buscar información por Internet y me asusté por las reacciones tan negativas que encontré. Había señoras y ‘expertos en lactancia materna’ que me sugerían acudir al psiquiatra, como si estuviera loco. Una señora incluso pasó mi número de teléfono a la policía, que a continuación me llamó diciéndome algo así como ‘Vaya, entonces, ¿tú estás buscando fotos de mujeres dando de mamar? Si recibimos otra queja sobre ti, te visitaremos con tres policías, así que tenlo en cuenta’. Aun así, sé de otros hombres que secretamente están deseando ver algo así. Todo el mundo clama que la lactancia materna es sana, que es un proceso natural que debería ser más visible en la calle, que viva la franqueza, y cosas por el estilo. Pero si, estando en la calle, contemplas con demasiado interés este proceso tan natural, entonces, tres policías te cogerán para llevarte a un manicomio. En vuestra página Web no puedo encontrar el término lactófilo entre la lista de parafilias. ¿Lo habéis hecho conscientemente, o por ignorancia? Debido a la repugnancia social hacia el lactófilo, me pregunto cada vez más si es que yo pienso de forma tan inapropiada o si es que la libertad de pensamiento de la sociedad todavía no está totalmente desarrollada.
Un día, visité una prostituta nigeriana que me preguntó ‘¿Qué es lo que te gusta?’. Cuando dije, bromeando, ‘la leche materna’, ella me dijo ‘Si, eso es posible’ y apretó sus pechos, y sí, salió leche, porque tenía un bebé de dos meses. Ella se sorprendió mucho al ver que yo estaba dispuesto a pagarle extra por poder sacar toda la leche que tenía. Después de irme, ella puso una pancarta en la que escribió con rotulador ‘mujer con leche’. Congeló la leche que había sacado de sus pechos y metido en tubos de carretes de fotos y los vendió por tres euros extra. Así, aumentó su clientela hasta que tuvo una visita de la policía como consecuencia de toda la atención extra que recibió. La policía la echó del país clasificándola de extranjera non grata. Está claro que este tipo de cosas no son deseables en nuestro debate de valores, así que preferimos encerrar a estos locos anormales.